Con el objetivo de generar un espacio de intercambio de experiencias profesionales donde reflexionar, significar y retro-alimentar las intervenciones de los diferentes programas e instituciones de trabajan con mujeres privadas de libertad que conviven con sus hijos, se cumplió en Mercedes un encuentro nacional donde participaron todos los equipos que cumplen esta tarea. La intención de acuerdo a lo informado por los organizadores era asimismo promover la mirada integral como forma de abordar la complejidad y multiplicidad de situaciones que interpelan el accionar profesional cotidiano. Se entendió necesario propiciar la sensibilización en la temática de todos los equipos y brindar herramientas para su formación a partir de la reflexión teórica y la articulación con su práctica profesional.
Se hicieron presentes en la oportunidad representantes de los equipos que tienen que ver con ASSE, el MIDES, Instituto nacional de rehabilitación y el INAU.
Entre las disertantes y talleristas estuvo Laura Britos, Coordinadora Nacional del Programa de Atención a mujeres con hijos en situación de privación de libertad, del INR quien informó que al momento hay unos 40 niños de 0 a 4 años que están “recluidos” con su madres.
Manifestó por otro lado y entre otros conceptos que es necesario profundizar el trabajo que se viene haciendo en coordinación con otras instituciones “para que los niños que acompañan a sus madres reclusas sufran el menor daño posible”. Sostuvo que es imperioso que los pequeños tengan la posibilidad de salir para ser incluidos “en instituciones educativas o que mantengan los vínculos familiares”.
Agregó que los niños que están las distintas Unidades de reclusión suman unos cuarenta pero es un requisito exigido por el INR “que se coordinen tareas y políticas con ASSE, MIDES e INAU para su atención adecuada”.
Informó que desde hace dos años esa cifra no ha crecido y subrayó que se está trabajando con una “población muy compleja por lo que es necesario que varios equipos externos coordinen el abordaje de cada situación que es única y debe tratarse como tal”.
Los desafíos
Uno de los grandes desafíos que tiene por delante el Instituto Nacional de Rehabilitación es poder gestionar esta realidad porque los establecimientos carcelarios no tienen “ni tan siquiera lo básico para atender a los niños ya que no están hechos con este propósito”.
Explicó que “a partir de la unión de las Unidades 24 y 19 de Mercedes y Fray Bentos, esta última de Cañitas, la primera de ellas atiende a mujeres con hijos, y las otras mujeres pasan a la 19. No obstante dijo que “el resto tiene que coexistir con las demás mujeres y ello significa una gran dificultad por lo cual es un punto sobre el cual se debe trabajar para garantizar los derechos de los niños porque los privados de libertad no son ellos pero sufren el encierro de la misma manera que sus madres”.